Añadido: 4 años hace
No tiene nada que ver la dicha con la que esta cuarentona tetuda llegó al casting, con la incredulidad con la que salió. Ella tenía mucha ilusión por comenzar a trabajar en el porno y estaba tan segura de si misma, que no tenía la más mínima vergüenza ni pudor. Mas solamente comenzar el casting, se percató de que aquello no iba a ser tan simple y agradable como se imaginaba, en verdad la pobre debió aguantar como le metían por fuerza la polla hasta la garganta provocándole arcadas y como le rompían el trasero a 4 patas en una salvaje follada anal.