Añadido: 4 años hace
Este empresario estuvo meses buscando una secretaria que se acercara al perfil que procuraba, precisaba una profesional muy eficaz en el trabajo, que estuviese bien buena y que además de esto, fuera suficientemente sumisa para abonar los platos rotos cuando tuviese un mal día. En verdad, eso fue lo que pasó esta vez, el jefe no llegó a cerrar un esencial pacto con unos clientes del servicio, y la que pagó el enfado fue su secretaria, que debió aguantar como le metió la polla en la boca en la mitad de la oficina y como se la folló de forma salvaje en el cuarto de la fotocopiadora.