Añadido: 4 años hace
Llevaba una semana de duro trabajo cerrando pactos para llegar a los objetivos mínimos que le solicita la compañía, de ahí que cuando llegó el fin de semana estaba destrozada de tanto agobio, con lo que decidió llamar a su masajista a fin de que fuera a su despacho a darle un masaje. Todo marchaba como es habitual, hasta el momento en que de súbito y sin venir a cuento, el masajista le rompió las medias que llevaba puestas por fuerza y empezó a meterle mano, le correspondió haciéndole una sensacional felación que antecedió a la intensa follada que tuvieron por toda la oficina.