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A los púgiles diríase que se les debe adiestrar los brazos, el espíritu y la polla si desean que se transformen en los vencedores del planeta. De ahí que los adiestradores les buscan siempre y en toda circunstancia zorras como estas que asistan al gimnasio aguardando a ser penetradas. Y de manera especial estas tías son unas putas de lo más cachondas a las que les chifla que las penetren brutalmente con pollas enormes como las suyas. La delgadita es tan valiente que no se conforma con la follada del coño, sino le solicita al otro tío doble penetración mientras que le clava toda la polla en el orificio del trasero.