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Salia tan apacible del super vestida con sus leggins frecuentes de ama de la casa y cargada con las bolsas de la adquisición, en el momento en que un muchacho al que no conocía de nada se ofreció a asistirla con las bocas. Ella admitió encantada y fueron juntos caminando y charlando hasta el momento en que llegaron a su casa, una vez allá la joven quedó tan agradecida con el apuesto hombre, que antes que se fuera le quiso agradecer como mejor se la da, primero con una sabrosa felación que sirvió para ponerlo cachondo y después con una follada vaginal probando todo género de posturas por toda la casa.