Añadido: 4 años hace
2 ignotos le charlan en una hamburguesería y le afirman a esta <strong>española joven y morbosa</strong> si se quiere ir a su casa a tomar el café tras el alimento. Lo sorprendente es que la zorrita admite, algo que no cabe duda de que no pasa en el planeta real. Cuando llegan al piso uno comienza a tocarla, meterle la polla en la boca e inclusive prácticamente hace que devuelva por de qué forma se la clava hasta la garganta. Mas la tía no escapa, sino semeja que le agrada el sexo duro y prosigue abierta a que se la folle, cosa que hace violentamente sin ningún género de cuidado.