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Esta ama de la casa se hallaba en la esquina preferido de su hogar, que es la cocina, limpiando y preparando el alimento para toda la familia, cuando de pronto llamaron a la puerta. Era su joven vecino que venía a por un tanto de sal, mas involuntariamente cuando la mujer se inclinó delante del joven, le rozó el miembro viril y verificó que la tenía muy grande, ahí fue cuando esta madurita se olvidó de su familia y se abalanzó sin pensárselo sobre su vecino, el que no desperdició la ocasión para subirle la falda, apoyarla contra la encimera y penetrarla por el coño con sus fuerzas.