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La maciza McKenzie Lee llevaba toda la semana fuera de casa por trabajo y deseaba llegar para reposar unos días y olvidarse del curro, mas cuando al fin llegó a su hogar se llevó una desgraciada sorpresa, su hijo había montado una celebración la noche precedente y la casa estaba patas hacia arriba. Tanto fue el enfadó de esta mujer, que al ver a uno de los amigos de su hijo caminando por la casa con una resaca esencial, no vaciló en follárselo de forma salvaje sobre el sofá del salón fruto del brutal enfado que llevaba al ver como estaba su humilde morada.