Añadido: 4 años hace
Como cada tarde, esta ama de su casa llegó a su gimnasio para efectuar los ejercicios que tan bien le sientan a su increíble cuerpazo. Mas andaba un tanto agotada tras un largo y agotador día, con lo que le apetecía más percibir un buen masaje y tomarse el día de reposo. Como es normal en una madre tan cachonda como esta, el masaje no iba a ser normal, lo que verdaderamente deseaba era un final feliz y que mejor que su masajista preferido para gozar de una polla dura y de un clímax intensísimo, en tanto que por desgracia para ella, su marido ya no es capaz de darle.